Al final de los tiempos, el Hijo del Hombre vendrá de nuevo con gran poder y gloria (3), poniendo a sus enemigos bajo sus pies (2). Aquellos cuyos nombres aparecen en el Libro vivirán para siempre en luz y alegría (1, Sal). Dn 12:1-3; Sal 15:5, 8-11; Heb 10:11-14, 18; Mc 13:24-32