En respuesta a un intento por ridiculizar su enseñanza sobre la vida después de la muerte, Jesus proclama de nuevo la resurrección de los muertos (3): que la vida es ciertamente mas fuerte que la muerte misma (1). Este es nuestro consuelo y esperanza eterna (2). Entonces nuestra alegría será realmente completa (Sal). 2 Mac 7:1-2, 9-14; Sal 16:1:1, 5-6, 8, 15; 2 Tes 2:16—3:5; Lc 20:27-38