Debemos amar al Señor con todo nuestro corazón y nuestro prójimo como a nosotros mismos (1, Sal, 3). Al cumplir estos dos grandes mandamientos, esperamos convertirnos en modelos de fe e imitadores del Señor (2) quien se entrego totalmente por causea nuestra. Ex 22:20-26; Sal 17:2-4, 47, 51; 1 Tes 1:5c-10; Mt 22:34-40