Que no se endurezcan nuestros corazones (Sal), sino que nos alejemos del pecado (1). En el amor que nos tenemos los unos a los otros (2), tal vez sen os llame a confrontar a nuestra hermana y hermano por el mal que pudiesen estar haciendo (3). Ez 33:7-9; Sal 94:1-2, 6-9; Rom 13:8-10; Mt 18:15-20