Abraham, el hombre justo y recto (Sal), amablemente hospeda a tres forasteros (1). Mientras Maria y Marta hospedan a Jesús, él dice que quienes lo seguimos solo necesitamos (3) una cosa: estar dispuestos a recibir a Jesús en mensaje y persona y recibir el “ministerio de Cristo” (2) cuando el viene a nosotros en la imagen de nuestro prójimo. Gn 18:1-10a; Sal 14:2-5; Col 1:24-28; Lc 10:38-42