La Ley del Señor (Sal/b), el gran mandamiento del amor no es algo “misterioso” o “remoto”. De hecho, esta “muy cerca” de nosotros (1). Sin embargo, que difícil es cumplirlo, siendo prójimo de quien está en necesidad (3). Pero si buscamos a Dios (Sal/a), debemos “ir y hace lo mismo” (3) pues hemos sido creados en, para y por Cristo (2). Dt 30:1-14; Sal 68:14, 17, 30-31, 33-34, 36-37, o Sal 18:8-11; Col 1:15-20; Lc 10:25-37