Jesús manifiesta del amor de Dios que es poderoso y sanador al curar al leproso (3), a quien la legislación judía obligo a vivir bajo severas restricciones (1). El acudió a Jesús en su necesidad y quedo lleno de gozo (Sal). Estamos llamados a imitar al Jesús sanador y compasivo (2). Lv 13:1-2, 44-46; Sal 31:1-2, 5, 11; 1 Cor 10:31--11:1; Mc 1:40-45