Catalina fue una mujer instruida de principios del siglo IV quien, de acuerdo a la leyenda, después de su conversión a la edad de dieciocho años, predico el Evangelio en toda Alejandría en Egipto. Mientras estaba prisionera por orden del emperador Maximino (335-388), convirtió tanto a la emperatriz como al líder de las fuerzas armadas y por esto fue martirizada. Cuenta la leyenda que después de su muerte, después que se rompiera una rueda de tortura (conocida como la “rueda de santa Catalina”), su cuerpo fue llevado por ángeles al Monte Sinaí. Se piensa que santa Juana de Arco escucho su voz. Venerada en el oriente desdé el siglo IX, es la santa patrona de filósofos, predicadores, bibliotecarios, y mujeres jóvenes solteras.