En la elección de David, quien es ungido con oleo (Sal), Samuel no ve como Dios ve (1). Como Jesus cura al ciego (3), así se nos trae a nosotros de la oscuridad a la luz (2) mediante la gracia del bautismo. 1 Sm 16:1b, 6-7, 10-13a; Sal 22:1-6; Ef 5:8-14; Jn 9:1-41