Santo Tomas creyó porque vio a Jesús resucitado (3). Aunque nosotros no lo hemos visto nunca, creemos en el (2). Damos gracias al Señor (Sal) por este don de la fe, especialmente cuando nos reunimos para partir el pan y hacer oración (1). Hch 2:42-47; Sal 117:2-4, 13-15, 22-24; 1 Pe 1:3-9; Jn 20:19-31